El papel de las finanzas inclusivas
Actualmente Oikocredit tiene un total de 589 inversiones en organizaciones de microfinanzas, lo que supone un 80% del total de su cartera. ¿Por qué son las microfinanzas tan importantes y por qué funcionan? Recientemente entrevistamos a Anton Simanowitz, un reconocido académico y especialista que trabaja con Oikocredit, sobre el papel que tienen los servicios financieros en las vidas de los colectivos desfavorecidos.
Primero, ¿qué son las microfinanzas?
El principio fundamental de las microfinanzas es proporcionar servicios financieros a aquellos colectivos de personas que quedan excluidos de las vías de financiación convencional. El dinero es un factor determinante del modo de vivir de las personas en todo el mundo. Todos tenemos gastos diarios como comprar comida, ropa, calefacción, electricidad, agua o gastos escolares. Pero la realidad es que para los colectivos empobrecidos, su renda no es solo baja sino que también impredecible. No es una anomalía que personas no tengan el dinero suficiente en el momento concreto de necesitarlo.
Adicionalmente, estas personas tienen que hacer frente a la incertidumbre que rige sus vidas: pagar un tratamiento médico, reparar un techo con goteras o reconstruir un negocio tras un accidente causado por circunstancias alienas a su control. Las microfinanzas permiten que estos colectivos tengan acceso al dinero que necesitan en el momento preciso de necesitarlo. Varios colectivos no tienen acceso a servicios médicos por falta de recursos para financiarlo. El acceso a un préstamo de emergencia, a ahorros, o a un seguro médico puede facilitar los recursos para suplir esa necesidad en ese momento dado.
Finalmente, las microfinanzas pueden proporcionar acceso financiero a colectivos de personas que quieren iniciar e invertir en un negocio, ya sea para comprar semillas en el momento adecuado del año o para pagar fertilizantes. Éstas son las inversiones que pueden generar negocios más consolidados, una agricultura productiva e incrementar los ingresos de las instituciones microfinancieras asociadas y las familias a las que apoyan.
Cliente de microfinanzas Valdomero Vizueto, con el prestamista Marcelo Guamán, de la cooperativa de crédito COAC Fernando Daquilema, en Ecuador.
Ha habido un creciente criticismo alegando que las microfinanzas dejan a los colectivos empobrecidos en situación de endeudamiento. ¿Cómo responde a estas críticas?
Es cierto que el microcrédito implica dar préstamos a colectivos pobres, y un préstamo es una deuda. El factor crucial, no obstante, es si este préstamo es utilizado de manera que aporta beneficios o no. Si el préstamo permite al cliente incrementar su producción, pagar servicios médicos de emergencia y por lo tanto asegurar los ingresos de su familia, en esos casos las microfinanzas generan un impacto positivo.
Es de gran importancia entender que facilitar préstamos a personas pobres implica un riesgo. Es esencial que las instituciones microfinancieras sean cuidadosas y se aseguren en una primera instancia que sus clientes efectivamente tendrán las capacidades de devolver el préstamo. Adicionalmente, estos préstamos tienen que estar adecuadamente diseñados para adaptarse a las necesidades reales de los clientes.
Recientemente ha estado proporcionando formación a gestores de microfinanzas. ¿Qué es lo que quiere que estos participantes retengan?
La clave es el hecho que el impacto social de las microfinanzas es un aspecto fundamental de este sector, y no meramente algo que hay que considerarse de forma complementaria. Todas las instituciones de microfinanzas (IMFs) tienen que ser conscientes de a quiénes están beneficiando y a quiénes están excluyendo. El simple acceso a servicios financieros de por sí no elimina la pobreza, pero ayuda a las personas a gestionar los pocos recursos que tienen. A partir de comprender las necesidades reales de los clientes con los que las instituciones microfinancieras trabajan, hay un amplio campo de acción para proporcionar estos servicios financieros. Teniendo estas necesidades en mente, las IMFs pueden también buscar nuevos modos de añadir valor y ayudar a sus clientes, ya sea por ejemplo a partir de formación en materia financiera o gestión de negocios.
Adicionalmente, es de suma importancia ser consciente del hecho que las microfinanzas tienen el potencial de perjudicar al igual que de ayudar. Un préstamo es una deuda, y una deuda puede ser perjudicial. Es de primordial relevancia que las organizaciones microfinancieras sean cuidadosas en el momento de escoger a sus clientes, en las cuantías prestadas y en la presión que ejercen para recuperar el préstamo. Por ejemplo, yo pongo mucho énfasis en el modo que las instituciones microfinancieras responden ante los clientes que tienen dificultades en el retorno de los préstamos. Lo ideal sería que los productos y servicios, como los ahorros, de por sí permitieran a los clientes solventar sus deudas, pero es de igual importancia la capacidad de las IMFs de reestructurar la deuda y asegurar que sus empleados sean receptivos y colaborativos con los clientes.