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¿Qué son las Asociaciones de Apoyo?

Las Asociaciones de Apoyo a Oikocredit son colectivos de personas voluntarias constituidas legalmente en forma de asociaciones sin ánimo de lucro. Los socios y socias de estas asociaciones llevan a cabo tareas de sensibilización y difusión de la misión de Oikocredit y son una parte muy importante de la organización. Las Asociaciones de Apoyo son socias directas de la cooperativa Oikocredit Internacional, y como tales, representan en ella a todos sus socios y socias de España. Actualmente existen 3 Asociaciones de Apoyo: País Vasco, Catalunya y Sevilla.

También existe un grupo de voluntariado activo en Madrid (puedes encontrar más información sobre este grupo y sus actividades en: www.madrid.oikocredit.es).

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Otra banca para otra economía

Otra banca para otra economía

diners

(Foto: Mario Antonio Pena Zapatería)

09 noviembre | 2016

La Economía Social y Solidaria se abre paso, despacio pero decidido, como alternativa a la economía y al mercado convencional. La ESS, como normalmente se abrevia, pivota sobre varios ejes: trabajo e intereses colectivos antes que capital e intereses individuales; la equidad de género y curas –pero, de verdad–; el arraigo en el territorio y la economía local; la intercooperación, la búsqueda del bien común y la distribución equitativa de la riqueza. Ejes que tienen la democracia económica como piedra angular y dos finalidades que confluyen y se entrelazan: la construcción de un mercado social alternativo y la transformación social.

Y ¿dónde se incluyen las finanzas éticas? Precisamente, beben de los dos objetivos. Esta otra banca lleva en el ADN criterios éticos, sociales y medioambientales tanto en el ahorro como en las inversiones. A diferencia del sector bancario convencional –y del mercado, en general–, el objetivo de las finanzas éticas, lejos de maximizar el beneficio económico, es maximizar el impacto social de las empresas y entidades que financian y, de paso, del conjunto de la sociedad.

Como puntales, la banca ética trabaja con proyectos sostenibles y hace de la transparencia su bandera. Los ahorradores y depositantes están informados en todo momento de qué se hace y qué se deja de hacer con su dinero.

Este sector ha resistido con más solvencia el embate de la crisis de lo que lo ha hecho la banca tradicional. Así lo demuestra el Barómetro de la Finanzas Éticas, que concluye que, a pesar de que sigue siendo un sector testimonial, cada vez más personas depositan su confianza. Según este informe, el número de usuarios y usuarias de banca ética en el Estado ha crecido en el 2015 un 15% –que suponen más de 210.000 personas, en total–, con un volumen de depósitos de 1.800 millones de euros y unas aportaciones en capital que ya llegan a los 144 millones de euros.

Cifras que son exiguas si las comparamos con la gran banca tradicional, pero bastante sólidas si se tiene en cuenta, por ejemplo, la escasa inversión publicitaria hecha hasta ahora. Y bastante sólidas, también, si se hace referencia a su tasa de morosidad, de sólo un 7%, sensiblemente por debajo de la banca tradicional, que se sitúa alrededor del 10%. Una tendencia, la estatal (de momento, no disponemos de cifras concretas en Cataluña), que va en consonancia con la internacional, en la que las finanzas éticas se abren camino cada vez de manera más convencida.

Y sobre el terreno, ¿qué hay? En el caso de la ciudad de Barcelona, se cuenta con cuatro alternativas al sector tradicional, que van desde productos de inversión hasta una operativa bancaria tan solvente y rigurosa como la convencional.

Nacida el 1995, Coop57 es una cooperativa de servicios financieros que financia entidades y proyectos de la Economía Social y Solidaria. Lo hace gracias al ahorro que aporta la sociedad civil. Formada por 700 entidades y 3.500 personas, es de base asamblearia.

Fiare Banca Ética nace de la confluencia de la italiana Banca Popolare Etica, banco cooperativo en funcionamiento desde el 1999, y de Fiare, de origen vasco operativo desde el 2005. Financia proyectos inmersos bajo el paraguas de la ESS y cuenta con operativa bancaria desde finales del 2014. Esto la sitúa como la única entidad de finanzas éticas del Estado de base cooperativista con licencia bancaria.

El gigante de las finanzas éticas, Triodos Bank, que a pesar de que tiene operativa bancaria no es cooperativista ni tampoco asamblearia, a diferencia del resto de entidades. Nacida el 1980 en Holanda, se trata de una sociedad anónima, cuyas acciones pertenecen a la Fundación para la Administración de las Acciones de Triodos Bank.

Oikocredit Catalunya es una de las 30 asociaciones de apoyo repartidas por todo el mundo de Oikocredit Internacional, con sede central a los Países Bajos. Nacida el 1975, promueve inversiones responsables en países del Sur, con la voluntad de empoderar a las personas –con especial atención a las mujeres– para mejorar los medios de subsistencia, promover el comercio justo y respetar los recursos naturales del planeta. Oikocredit ofrece, sobre todo, microcréditos a entidades y proyectos del sur con un triple regreso: social, medioambiental y financiero.

Cuáles son los retos de las finanzas éticas en el marco de la Economía Social y Solidaria? En primer lugar, fortalecer el mercado social porque las asociaciones y las entidades de la ESS dejen a un lado el circuito tradicional y puedan financiarse por medio de la banca ética. Pero no sólo para beneficiar su sector –ya convencido–, sino también al público en general. Las finanzas éticas son ya a día de hoy una alternativa real, sólida y sostenible a la banca convencional.

Ligado todavía con esto, hace falta que se haga más difusión para aumentar la visibilidad y llegar allá donde todavía no se ha llegado. La banca ética tiene ahora la capacidad y la liquidez para financiar muchos más proyectos, por lo que es necesario encontrar la coyuntura para animar a empresas y personas emprendedoras a virar hacia este sector.

Las otras economías suponen el 7% del PIB barcelonés, según el estudio de la Economía Social y Solidaria de Barcelona. Todavía es un porcentaje pequeño en comparación al global, pero ahora tenemos la información, las herramientas y los recursos necesarios para hacerlas crecer. Podemos empezar decidiendo si el café de hoy lo queremos de comercio justo o no, si las verduras y las frutas de la cena serán ecológicas y de proximidad, si el abrigo de este otoño que ya saca la cabeza será sostenible o, por qué no, si queremos recuperar la soberanía de nuestros ahorros y decidir con que se invierten y con que no nuestro dinero. Porque otra banca –y otra economía– son posibles. No hay duda.

Marc Navarro
Periodista y Comunicador Social

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