La inversión en pequeños agricultores es clave para alimentar el mundo y reducir la pobreza
Según estimaciones de la ONU, se espera que la población mundial crezca de los cerca de siete mil millones actuales a más de nueve mil millones antes de 2050. Esto significa que los agricultores de todo el mundo deberán producir muchos más alimentos, limitando su impacto en la tierra, al agua y al clima global.
Artículo redactado por: Eugene Ellmen
Los pequeños agricultores, a menudo despreciados por los expertos alegando que no son importantes y a la vez muy ineficientes, ahora se anuncian como la clave para desbloquear este dilema. Utilizando el conocimiento autóctono y las tierras locales de trabajo, los pequeños agricultores ayudan a combatir la corporativización de la tierra y de los recursos. A su vez, esto crea un enfoque más sostenible de la agricultura, manteniendo los impactos ambientales y las emisiones de carbono bajo control.
Pero, ¿pueden estos agricultores aumentar la producción para satisfacer las grandes necesidades alimentarias del futuro?
La respuesta es sí, pero hay un gran "si" asociado a ello. Es decir, si pueden obtener la financiación necesaria para mejorar la productividad.
Un informe del año pasado de la Iniciativa para Pequeñas Propiedades Financieras y la Fundación MasterCard esbozó los retos de este gran dilema.
La empresa social Vasham Kosa Sejahtera (VKS), fundada en 2013, proporciona financiación de la cadena de valor a los pequeños productores de maíz con tamaños medios por parcela de menos de una hectárea. El modelo ayuda a reducir los riesgos de producción y garantiza mejores cosechas. Al vincular los agricultores con proveedores de materias primas, fábricas y compradores, VKS les proporciona acceso a una cadena de valor, que de otra manera quedaría inaccesible teniendo en cuenta su tamaño y sus volúmenes de producción. Gracias a esta vinculación, los agricultores pagan menos por las materias primas y reciben un precio más alto por sus productos. VKS es el primer socio agrícola de Oikocredit en Indonesia y ha sido socio de Oikocredit desde el 2017. En la foto: Una trabajadora que cosecha el maíz.
Una nueva era
"Un impulso renovado a principios del siglo XXI para conectar los agricultores a los servicios financieros ha dado lugar a una nueva era de financiación para los agricultores", afirma el informe. "Incluso con este desarrollo, se espera que la diferencia entre las necesidades financieras de los pequeños agricultores y la oferta de servicios financieros siga siendo significativa".
El informe estima que los 270 millones de pequeños agricultores de América Latina, África subsahariana y el sur y sudeste asiático necesitan más de 200 mil millones de dólares anuales en capital de inversión. Los bancos estatales de los países en desarrollo, las instituciones microfinancieras, los bancos comerciales, los prestadores de agronegocios, las entidades sin ánimo de lucro y los prestadores sociales como Oikocredit, para la que trabajo, están haciendo su parte. Pero incluso con un esfuerzo importante por parte de estos actores, sólo se desembolsan unos 50.000 millones de dólares anuales, dejando un agujero de financiación de 150.000 millones de dólares.
El informe, titulado "Punto de inflexión: Desbloqueo del crecimiento en la era de las finanzas de los agricultores '', pide un plan de acción de todos los actores: organizaciones de agricultores, instituciones financieras y gobiernos nacionales que hagan los cambios necesarios para desbloquear el potencial de crecimiento.
El informe se centra en tres estrategias. En primer lugar, el agricultor debe situarse en el centro del desarrollo del producto, con préstamos y asistencia técnica incluidos para hacer más accesible y atractivo la financiación. En segundo lugar, las instituciones financieras, las empresas agroalimentarias y las organizaciones no gubernamentales deben desarrollar alianzas progresivas para atender a los pequeños productores, reducir costes y abrir nuevos mercados. Y en tercer lugar, las aportaciones filantrópicas y públicas deben ser objeto de un enfoque conjunto para crear estrategias de "financiación mixta" con "subvenciones inteligentes" para reducir el riesgo y aumentar la oferta de capital.
Una llamada a la acción
"Ahora es el momento de poner la financiación de pequeños actores en una nueva trayectoria que ayudará a millones de pequeños agricultores a asegurar un futuro más próspero para ellos y sus familias", afirma el informe.
Es la hora de que los inversores socialmente responsables y las instituciones a las que apoyan trabajen por esta gran oportunidad de la agricultura a pequeña escala. Los ingresos de las comunidades locales, la seguridad alimentaria de millones de personas y el bienestar del medio ambiente y el clima de la Tierra dependen de ello.
Este artículo se publicó originalmente en la Guía de Inversiones Responsables
Sobre el autor: Eugene Ellmen ha trabajado en Oikocredit desde 2013 como director nacional por Canadá y EEUU. Antes de unirse a Oikocredit, Eugene trabajó durante 13 años como Director Ejecutivo de la Social Investment Organization, la asociación nacional canadiense para la Inversión Socialmente Responsable (ISR). Es uno de los principales expertos canadienses en ISR, habiendo ganado dos premios nacionales por su trabajo en este ámbito.